Corría el año 1852, cuando en una localidad a 30 km. al norte de Roma, en concreto, en Bagni di Vicarello, se producía un descubrimiento hasta ahora sensacional y único, puesto que no ha tenido correspondencia similar, en ningún otro hallazgo hasta la fecha realizado en estos más de 150 años transcurridos.
Bagni di Vicarello es una ciudad termal que en la antiguedad fué frecuentada debido a que allí se encontraba un santuario a Apolo y las ninfas apolinares, el Acquae Apollinaris. Las excavaciones realizadas en el siglo XIX depararon el excepcional hallazgo de cuatro cilindros de plata de entre 10 y 15 cms de altura, conteniendo la lista de ciudades y mansiones para viajeros cuyo trazado se iniciaba en Gades y tenía su punto final en la capital del imperio, en Roma. Los vasos, aparte de las distintas estaciones de parada, divididas en cuatro bloques separados por finas columnas rematadas con capiteles coríntios, marca a la derecha de cada mansio, la distancia entre ellas. En la parte superior de los vasos figura el título del camino y en la inferior, la distancia total y final del recorrido. Los vasos reflejan en total un itinerario de entre 1835-1842 millas, pues hay ligeras variaciones entre los vasos, que traducidos a kilómetros serían aproximadamente unos 2.700 kms., de los cuales, 378 kms., corresponden al itinerario por la Bética, nuestra actual Andalucía.
Bagni di Vicarello es una ciudad termal que en la antiguedad fué frecuentada debido a que allí se encontraba un santuario a Apolo y las ninfas apolinares, el Acquae Apollinaris. Las excavaciones realizadas en el siglo XIX depararon el excepcional hallazgo de cuatro cilindros de plata de entre 10 y 15 cms de altura, conteniendo la lista de ciudades y mansiones para viajeros cuyo trazado se iniciaba en Gades y tenía su punto final en la capital del imperio, en Roma. Los vasos, aparte de las distintas estaciones de parada, divididas en cuatro bloques separados por finas columnas rematadas con capiteles coríntios, marca a la derecha de cada mansio, la distancia entre ellas. En la parte superior de los vasos figura el título del camino y en la inferior, la distancia total y final del recorrido. Los vasos reflejan en total un itinerario de entre 1835-1842 millas, pues hay ligeras variaciones entre los vasos, que traducidos a kilómetros serían aproximadamente unos 2.700 kms., de los cuales, 378 kms., corresponden al itinerario por la Bética, nuestra actual Andalucía.
Las pequeñas variaciones en millas del recorrido, sin duda, deben deberse a que hay alguna temporalidad entre un vaso y otro, por ejemplo, el más pequeño de los cilindros parece de factura más reciente y además se diferencia de los otros en que no lleva el adorno de las columnas enmarcando las estaciones de parada.
Aún así, casi no podemos dudar de que los vasos actualmente denominados de Vicarello o apolinares, fueron fabricados en Cádiz, la antigua Gades, a semejanza de un milliario y su confección evidencian no sólo la existencia de esta vía de unión directa entre uno de los puertos más activos del mundo romano con la capital, sino la importancia y peso de Gades en los inicios del principado. No debemos dejar de lado, ni olvidar la anécdota recogida por los autores antiguos, del gaditano que antes de morir quiso conocer personalmente al gran historiador Tito Livio. Anécdota que muy acertadamente recoge el autor británico Robert Graves, eminente conocedor de la antiguedad, para su magistral recreación de su novela "Yo Claudio" obra que figura entre las grandes creaciones del pasado siglo. Incluso podríamos atrevernos a imaginar con todo el poder de nuestra mente ensoñadora, a que podía haber sido ese mismo gaditano el que una vez cumplido su deseo y como ofrenda y agradecimiento por su ventura conseguida, dejara muestra de su generosidad junto al santuario, donde seguramente repondría fuerzas para el retorno, en forma de uno de aquellos vasos, como muestra elocuente de su proyecto concluído con éxito, para que todo aquél que se acercara a aquellos mismos lares pudiera verlo "in situ" y luego quién sabe si, al menos, otros tres viajeros más, quizás motivados por similares anhelos e inspirados por dicha ofrenda, se sintieran motivados ellos también a cumplir con el dios de la misma manera. Improvisados y anónimos embajadores gaditanos del esplendor de una urbe cuyo recuerdo de su gloria pasada ha perdurado en dichas ofrendas.
Posiblemente el modelo que sirvió de inspiración a los vasos fuera el miliario áureo que el propio Augusto erigió en el Foro romano en el año 20 a.c. siendo "curator viarum", y ya que por estos años Balbo el Joven, en concreto, un año antes, fué obsequidado con un triunfo en Roma por su victoria en la expedición contra los Garamantes. Honores que el propio Balbo plasmó con generosidad en su labor de evergetismo sobre ambas urbes, donde por ejemplo en Roma construyó el teatro llamado de Balbo y en Gades en innumerables obras, pero sirva también como ejemplo y como estamos hablando de miliarios, la réplica del de Augusto que instaló a la entrada de la ciudad. Asímismo fué el propio Augusto quien concedió por estos años a la ciudad de Gades, su denominación de Augusta Urbs Julia Gaditana.
Como colofón a esta reseña sólo nos resta añadir que actualmente los vasos de Vicarello o Apolinares se encuentran expuestos en el Museo Nazionale Romano.
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