Episodio legendario de la batalla naval del rey Terón contra los gaditanos recogido por Macrobio, autor de época romana (siglo III d.c.), muy tardío al supuesto acontecimiento al que hace mencion.

Imagen idealizada del Herakleion ( templo de Herakles-Melkart )

HERAKLES / MELKART









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LA RUTA DE LOS 7 TEMPLOS

Próximamente os invitamos a descubrir una ruta mágica llena de encantos naturales, de fuerzas telúricas y restos del pasado sorprendentes llenos de misterio y leyenda...La Ruta de los 7 templos, un antiguo periplo costero de más de 2.500 años de antiguedad.
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" LA LUZ DEL PASADO SE TRANSFORMA EN LA LUZ DEL FUTURO "

Faro de la ciudad de Gades

Faro de la ciudad de Gades
Graffiti representando el faro de Gades y que apareció sobre una pared de una fábrica de salazones que estuvo activa desde el siglo I al siglo V d.c. Su tipología, de indudables reminiscencias mesopotámicas por su parecido a un zigurat, nos sugiere pensar, eso sí, sin ninguna prueba fehaciente ni tangible, que dicho monumento puede ser una edificación preexistente de la ciudad, antes de su fase romana y por tanto, creemos en la posibilidad de que su construcción y uso haya que situarlos en la época plenamente fenicia de la ciudad, habida cuenta de dos hechos incuestionables. Por un lado, el caracter fuertemente fenicio que seguía manteniendo la urbe aún en tiempos de César y por otro, la actividad propiamente marinera de los fenicios en general y de los gaditanos en particular, creadores de una verdadera talasocrácia en su radio de acción, el llamado Círculo del Estrecho.

"Foedus Gaditanum". El año 206 a.c., una fecha clave de la historia gaditana en la antiguedad.


La Caleta, antiguo puerto fenicio de Gadir (pinchar sobre imagen).


La situación por la que pasa la vieja fundación de Gadir en las postrimerías de la segunda guerra púnica no es nada halagueña para la ciudad, ni por supuesto, para su ámbito comercial de irradiación. Pese a que en teoría es una polis independiente y aliada en pie de igualdad con Cartago, lo cierto es que la intromisión y la disparidad de intereses, llegando incluso, a la supeditación e imposición por parte de Cartago, hace que los gaditanos se sientan cada vez más incómodos, teniendo que soportar además, el albergar una guarnición cartaginesa que vulnera y humilla con su vigilante y amenazadora presencia, la susodicha independencia gaditana.

La Caleta, cantil sometido al flujo y reflujo de las mareas.



Con la batalla ocurrida en Baécula, en las inmediaciones de la actual Bailén, en el año 208 a.c., las dificultades para las posiciones cartaginesas en Hispania se vuelven aún mas traumáticas. Numerosos régulos iberos y ciuades hasta ese momento aliadas de los cartagineses se pasan al bando romano del general Escipión, que actua en estos años en la península con rango proconsular.



La Caleta, marcas de trabajo de cantería sobre las rocas sujetas a la acción mareal.


Ante este viraje de la situación, negativa a los intereses cartagineses, tan sólo la importante ciudad de Gadir es la única que les queda segura bajo su control y lo que es primordial en estos momentos, la salvaguarda de su puerto como refugio seguro.

La Caleta, antiguo puerto fenicio de Gadir.


Las tropas de Escipión seguidamente vuelven a derrotar a los cartagineses en Ilipa, hoy Alcálá del Río y en Carmo, la actual Carmona y bajo esta presión implacable, someten todo el Bajo Betis (Guadalquivir), causando devastación sobre los alrededores del núcleo gaditano.

Ante todo ese cúmulo de acontecimientos, que elevan ya hasta límites insostenibles por parte de Gadir el mantenimiento de la alianza con Cartago y que tan negativamente le está repercutiendo a todos los niveles, unos supuestos desertores gaditanos, trás la toma de Astapa (Estepa) por parte del lugarteniente de Escipión, L. Marcio ofrecen a este la entrega de la ciudad junto con la guarnición cartaginesa y la flota púnica allí fondeada.

Este acepta la propuesta y los gaditanos dan su palabra de fidelidad a los romanos, con lo cual, se envía una flotilla en la que se embarcan dos cohortes, pero en el momento oportuno toda la trama es descubierta por los cartagineses y los conjurados son enviados a Cartago para ser juzgados por su crimen.

La asfixia inapelable a la que Gadir y todo su entorno está siendo sometida en esos instantes, impide el abastecimiento regular de la ciudad excepto por vía marítima a una población exasperada por la precariedad, incrementada aún más por el sostenimiento de la guarnición cartaginesa a costa de la propia ciudad y desde un primer momento nunca bien recibida por motivos que ya hemos mencionado antes.



Magón Barca, comandante cartaginés de Hispania.


El comandante cartaginés Magón, hermano de Anibal y la máxima autoridad de los púnicos en Hispania expolia sin ningún tipo de remordimiento las riquezas de Gadir y de sus más sagrados templos, incluido el famoso Herakleion y su tesoro y extorsiona sin medida a los comerciantes gaditanos, de forma que consigue el colapso y por tanto, la interrupción del tráfico comercial de la urbe. Por todo ello, cuando trás el intento fallido por parte de Magón de recuperar la estratégica Cartago Nova, decide volver al fondeadero seguro de Gadir, este se encuentra con que la ciudad y sus habitantes, tanto los magistrados como el pueblo han decidido por unanimidad cerrarle las puertas definitivamente.

Magón exasperado por la afrenta y haciendo una vez más fehaciente demostración de "perfidia púnica" tal como la denomina la propaganda de guerra romana a fin de denostar a sus enemigos y justificar su propia acción bélica, atrajo hacia sí con engaños y subterfugios a los magistrados gaditanos y sin contemplaciones los crucificó como castigo ejemplar.

Pero de nada les sirvio ni a Magón ni a los cartagineses tanta ejemplaridad brutal, manifestada en estas acciones y que a nuestra modesta opinión desluce, supone un negro lunar y epílogo a la presencia púnica en Iberia y en particular en Gadir, que era además una ciudad aliada, unida por lazos consanguineos, y el propio Magón con su toma de determinaciones tan expeditivas, oscurece con tintes sombríos la gloria de la misma familia Bárcida y de la que tan brillantemente son exponentes su padre Amilcar y por supuesto, su hermano Anibal, a quien no dudamos de calificar a nuestro criterio, como el mas brillante y genial estratega del mundo antiguo, aún por encima de Alejandro o de César, de Fabio Máximo y de su propio vencedor y discipulo, Escipión.

La urbe de Gadir se entrega definitivamente al poderío romano. Las fuentes antiguas de época posterior a los hechos, en concreto, Cicerón en su "Pro Balbo" y el historiador romano Livio son las que nos hablan a grosso modo de este acontecimiento. Livio dice que el acuerdo firmado por los gaditanos fué con el lugarteniente de Escipión, es decir, con L. Marcio Séptimo. El historiador expresa claramente que a los gaditanos se les tomó y devolvió juramento de fidelidad mediante la fórmula fide accepta dataque. Con ella se establecía un pacto de deberes recíprocos entre ambas ciudades de fidelidad y protección. El mismo Livio menciona precedentes similares para dar verosimilitud al hecho, como la entrega de Cástulo (Linares) por parte del rey íbero Cerdubelo mediante el mismo procedimiento.




Publio Cornelio Escipión. General romano en Hispania.

Otra cuestión importante a tener en cuenta, como así manifiestan algunos investigadores que han profundizado más en el tema y que han estudiado las fuentes tanto en lo que dicen, como lo que dejan entrever por lo que no dicen, es que ese pacto y entrega de la ciudad, debió ser aceptada por el propio Escipión personalmente, quien en esas fechas estaba ultimando sus asuntos en Cartago Nova antes de volver para Roma. Además de que el general era la única autoridad romana capacitada para en nombre de la República establecer los pactos con los legítimos representantes designados por la ciudad de Gadir. Escipión era el único investido con la autoritas y la virtus inmamente al jefe, debido a su rango proconsular para llegar a dicho acuerdo y de hecho, acciones anteriores en ese sentido establecidas por el propio procónsul durante la guerra así lo ratificarían, como los pactos acordados con los régulos íberos Indibil o Edecón, o la organizacíon del nuevo gobierno de la ciudad de Castaca trás su rendición.

De nuevo, es el mismo Livio quien se encarga de decirnos que Escipión había hecho amistad con los gaditanos y eso debió posiblemente ocurrir en el momento que hemos contado anteriormente, de aquellos desertores gaditanos que una vez jurada fidelidad luego fueron de nuevo embarcados con una flotilla en la que iban dos cohortes y que al final fueron interceptadas por Magón. Fué casi sin lugar a dudas en ese preciso momento cuando debió establecerse el Foedus Gaditanum entre esos representantes y Escipión, mientras que ya una vez la ciudad libre de los cartagineses sería su lugarteniente L. Marcio ante la partida del procónsul a Roma quien se encargaría de establecer y firmar las condiciones de capitulación de la urbe gaditana.

Gadir conservará su libertad e independencia. Mantendrá la presencia de un praefectus y posiblemente de una guarnición pero no de forma permamente, sino mientras los actos bélicos con los cartagineses continuasen. Como ciudad federada a Roma deberá asistir a la República en sus empresas de guerra, aún anteponiéndolo a sus propios intereses individuales, con lo que ellom si que mermaba en cierta manera su libertad e independencia al reconocer la supremacía de Roma, pero también es cierto que bajo las premisas del foedus establecido con Gadir, Roma tampoco podía abusar desde su posición de preeminencia que le asignaba dicho pacto.

La ciudad, en su status de federada, queda exenta de pagar el stipendium, que Roma impone a las ciudades vencidas, ya que no es su caso. La vieja ciudad fenicia conservará sus costumbres, instituciones e idiosincracia particulares, así como capacidad propia para legislar, emitir moneda y seguir manteniendo su comercio con entera libertad. Su territorio y sus recursos seguirán siendo propios como agger privatus ex iure peregrinus y no pasando a engrosar la lista del agger público romano. También estara libre de guarnición permamente, como ya hemos comentado anteriormente. Todo ello no hace sino ratificar el status privilegiado y de maniobrabilidad propia e independiente de la ciudad pese a pasar a la órbita de dominio romano.

Por su parte, Gadir reconoce la superioridad romana a la que se debe, según lo convenido en el foedus. Un foedus por otra parte que pese a su plena vigencia y validez desde un primer momento, no fué ratificado por las instituciones romanas hasta más de cien años después de los hechos aquí mencionados, bajo una coyuntura y circunstancias distintas y que posiblemente en otro momento comentemos.

Por todo lo que a lo largo de este comentario hemos ido desarrollando en estas líneas,es por lo que creemos que la fecha del año 206 a.c. es tan importante,no sólo para el período antiguo de la ciudad de Gadir, Gades, Cádiz, sino que es una fecha crucial y señalada dentro de su larguísima, dilatada y trimilenaria trayectoria como ciudad que llega hasta nuestros días, en que tenemos la fortuna de habitar un espacio tan singular y rico por su historia y paisajes, que muchas otras ciudades ya quisieran para si y es algo que todos debieramos aprender a valorar en alguna medida, porque la comprensión del pasado nos esclarece el presente y nos abre el camino de nuestro futuro . Ese ha sido nuestro propósito con este pequeño esbozo, disponible a todo aquél interesado que se acerque conocer un poco más, los hechos de antaño del entorno que nos rodea y donde vivimos día a día...



Fresco del interior de una tumba de la ciudad fenicia de Kerkouane representando una ciudad amurallada ( recuérdese que Gadir, gdr, significa en lengua fenicia "recinto amurallado".)




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